La «diosa viviente» recibió una calurosa bienvenida al volver a casa, el ultimo miercoles 18 julio del 2007.
Una niña de 10 años, adorada como diosa viviente en Nepal, retendrá su título pese a haber desafiado la tradición y hacer una visita a Estados Unidos. Las autoridades del templo en su pueblo natal dijeron que la niña no será despojada de su título porque está dispuesta a someterse en breve a una ceremonia de «limpieza». Sajani Shakya era una de las tres kumari más veneradas, tanto por budistas como por hinduistas. Fue elegida como diosa viviente después de exhaustivas pruebas a la edad de dos años. Desde entonces, su papel era bendecir a los peregrinos y honrar con su presencia los festivales hasta que alcanzara la pubertad. Pero provocó la ira de los ancianos del templo al viajar a Estados Unidos.
En imágenes Este miércoles, Sajani regresó de su visita a EE.UU. Corresponsales en Nepal señalan que la niña «parecía no estar al tanto» de la controversia. «Niña normal» Fue tal la publicidad que rodeó su visita, que este miércoles una gran multitud de amigos y curiosos le dio la bienvenida en la capital, Katmandú, con tambores y trompetas. Cada «kumari» es elegida cuando tiene entre dos y cuatro años.
Shakya es una de las varias kumari que hay en Nepal, y es de las tres más importantes, quienes tienen prohibido dejar el país. Había ido a EE.UU. por 39 días para promocionar el lanzamiento de un documental. Los ancianos de Bhaktapur dijeron en su momento que la visita había contaminado su pureza, y que habían empezado a buscar un reemplazo. Pero ahora afirman que podrá mantener su título, al aceptar someterse a una ceremonia de «limpieza», la cual remueve cualquier pecado que haya cometido. Los productores británicos del documental se han disculpado por la controversia provocada. «Ella es una niña normal y una diosa viviente. Tiene dos vidas», dijo a la agencia Reuters Isabel Whitaker, quien dirige el filme. Ella es una niña normal y una diosa viviente. Tiene dos vidas Ishbel Whitaker, productora fílmica
Shakya visitó Washington, se reunió con nepalíes que viven en EE.UU., visitó una escuela y conoció a niños estadounidenses. Las diosas vivientes son elegidas de entre la familia budista Shakya -la misma casta de la que proviene Buda- y deben seguir ciertas reglas, como quedarse en un cuarto oscuro sin llorar. Las jóvenes viven en templos, y regresan a la vida normal cuando llegan a la pubertad. En compensación, las diosas obtienen beneficios y una pensión mensual luego del retiro. Aunque activistas de derechos humanos dicen que la tradición equivale a abuso infantil.
* Resumen de BBC-Mundo
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