Recuerdo a 3 niños aventureros, de unos 11 años de edad, trepando la cerca de una vieja casa abandonada, una tarde soleada y solitaria.
Dicha casa tenia varios meses de estar clausurada y, sus últimos habitantes, se decía que se habían ido huyendo y dejando varias cosas valiosas dentro de la casa.
Los niños aventureros, superando sus tradicionales temores de monstruos y fantasmas, que se hablaba sobre las viejas casas deshabitadas, lograron ingresar al interior de la casa por una ventana rota.
Una vez dentro los 3 niños hicieron una revisión completa de toda la casa, lo cual les tomo poco tiempo; pues la casa estaba casi vaciá, y de los pocos cachivaches que quedaban, solo una cosa llamo la atención a uno de los niños: un polvoriento y gran libro verde de pasta dura, adornado con bellas flores estampadas que apenas se veian. Una vez abierto el libro se vieron las fotos familiares de quienes habían habitado dicha casa.
Poco tiempo después se confirmo que toda la familia había fallecido en un accidente aéreo.
Carlitos le decian a uno de los niños que limpio y guardo cuidadosamente dicho libro de fotos. A sus otros dos amigos no les intereso; pues ellos estaban interesados en hallar un tesoro en dinero o joyas valiosas, o, al menos, una bicicleta en buen estado.
Como ya habran deducido, Carlitos era Yo, en mis 11 años, viviendo una de mis aventuras de niñez la cual recordé a propósito de la tragedia por la que atraviesa el Japón, debido al terremoto, tsunami y fuga de su reactor nuclear averiado.
En varias familias, el conservar sus fotos familiares es un deber irrenunciable, y si alguno de ellos se muere. Entonces, las fotos se inmortalizan y los demás familiares, que sobreviven, las cuidan y tratan como si se hiciera un ritual sagrado.
Esto es una costumbre en mi desde muy pequeño. Por eso es que respeto mucho las fotos familiares.
Pero, ¿Que pasa si se muere toda la familia?
En dicho caso queda a criterio de las personas que encuentran las fotos la decisión de votarlas a la basura o conservarlas como yo lo hice; aunque por poco tiempo; pues ,en menos de un mes, recuerdo una bolsa transparente flotando en el mar con el álbum dentro, y mientras se hundía en el océano pacifico; yo miraba con solitaria despedida a aquellas fotos familiares de seres que ya no se encuentran viviendo en este planeta tierra.
Hasta siempre.
Carlos Tigre sin Tiempo (CTsT)
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