Por el año 2000 me conseguí el libro, recién editado y en castellano, de titulo “El Arte de Vivir en el Nuevo milenio”, escrito por el Dalai Lama. Hace pocos días lo volví a releer y encontré varias frases o pensamientos que tienen sentido en nuestro presente. Por tanto las seleccione y agrupe de tal manera que las podía compartir y/o guardar en este blog.
«La característica principal de la genuina felicidad es la paz, la paz interior. No me refiero a una sensación de «estar en las nubes», ni hablo tampoco de una ausencia de sentimiento. Por el contrario, la paz que trato de describir esta hondamente arraigada en la preocupación por los demás…atribuyo mi sensación de paz al esfuerzo por desarrollar mi preocupación por los demás.»
«Aunque estemos en plena forma y tengamos in bello cuerpo en la actualidad, nuestro cuerpo a la sazón habrá de ceder ante la vejez. Y tampoco somos siempre invulnerables a la enfermedad y el dolor. Por lo tanto, no existe la esperanza de alcanzar una felicidad duradera si carecemos de paz interior.»
«¿Donde hallamos la paz interior? Para esta pregunta no existe una única respuesta, pero si hay algo que esta bien claro: ningún factor externo puede crearla.»
«La enfermedad, la vejez y los infortunios de una u otra especie son los mismos para todos nosotros. Sin embargo, los sufrimientos que socavan nuestra paz interior -la ansiedad, la frustración, la desilusion- son infinitamente menores.
En nuestra preocupación por los demás, nos preocupamos mucho menos por nosotros mismos. Cuando nos preocupamos poco por nosotros, la experiencia de nuestro sufrimiento es menos intensa.»
«Cualidades espirituales como son el amor, la compasión, la paciencia, la tolerancia, el perdón, la humildad, etc. Estas cualidades son las que nos proporcionan la felicidad a nosotros y a los demás.»
«Todos sabemos que el estrés y la ansiedad pueden generar un exceso de tensión sanguínea y otros síntomas negativos. En el sistema medico tibetano, las perturbaciones mentales y emocionales se consideran causa de muchas enfermedades, incluido el cáncer. Asimismo la paz, la tranquilidad y el cuidado de los demás son esenciales para que nos recuperemos de una enfermedad. ¿Porque? Por qué la paz nos hace pensar en la vida y el crecimiento, mientras que la violencia solo apunta a la desdicha y a la muerte.»
«A diferencia de nuestros cuerpos, que pronto enferman, envejecen y se deterioran, las emociones aflictivas no envejecen, y por eso es tan importante comprender que afrontarlas es una tarea que dura la vida entera.»
«Convertir en un habito la preocupación por los demás y su bienestar, dedicar unos minutos cada mañana al despertar a reflexionar sobre el valor de un comportamiento ético y disciplinado que presida nuestras vidas son buenas maneras de empezar el día, al margen de nuestras creencias o de nuestra falta de creencias.»
«Cuando tenemos una enfermedad que nos incapacite de hacer lo que deseamos…cuando las cosas se complican de veras, nos hallamos resistiendo a duras penas el paso de los días y las noches, tan destrozados por el dolor que incluso podemos sentir el anhelo de morir cuanto antes.»
«Karma es una palabra del sánscrito que significa acción. Denota una fuerza activa, de la cual se infiere que el resultado de los acontecimientos futuros esta influido por nuestros actos.»
«Nosotros mismos creamos el karma. Lo que pensamos, decimos, hacemos, deseamos y omitimos es justamente lo que crea el karma. Por ejemplo, mientras escribo, desarrollo un acto que crea nuevas circunstancias y causa algún otro acontecimiento. Mis palabras causan una respuesta en la mentalidad del lector. En todo lo que hacemos existe una causa y un efecto.»
«Cuando nos sobreviene la tragedia o el infortunio, tal como sin duda sucede y ha de suceder, puede ser de gran utilidad establecer una comparación con otro acontecimiento, o bien rememorar alguna situación similar o incluso peor que haya ocurrido antes o que haya ocurrido a otros. Si de veras logramos trasladar nuestro modo de enfocar las cosas, alejándolo del yo y acercándolo a los otros, experimentamos un efecto liberador.»
«El trabajo de una persona que se dedica a una humilde ocupación no es menos relevante para el bienestar de la sociedad que el de un medico, un profesor, un monje o una monja. Todas las dedicaciones humanas son potencialmente grandes y nobles. Siempre que las desarrollemos con una buena motivación, pensando que ‘mi trabajo es para los demás’, su resultado sera beneficioso para la comunidad global. En cambio, cuando brilla por su ausencia la preocupación por los sentimientos y el bienestar de los demas, nuestras actividades tienden a desbaratarse y frustrarse. Con la ausencia de ese sentimiento humano tan elemental, la religión, la política, la economía y tantas otras cosas pueden convertirse en mera porquería.»
Hasta siempre.
Carlos Tigre sin Tiempo (C.V.P.)
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