La amistad es un arte (pues se necesita un talento para hacer amigos, sobretodo en edad adulta), es una suerte (porque depende en donde estemos, con quien estemos y en que situación) o es un misterio (pues depende del azar o de un conjunto de hechos casuales, misteriosos o inexplicables).

La amistad sincera o duradera, en general, no es algo fácil de conseguir o depende de varios factores, los cuales trato de agrupar en 3 grandes grupos que menciono arriba.
Dicen que las amistades, en nuestra niñez o adolescencia, son las mas sinceras y/o duraderas; pero en la adultez (18 o mas anos) es mucho mas difícil de encontrar y/o mantener; pues allí hay otros intereses involucrados; ademas de la desconfianza natural que tenemos con las personas que aparecen en nuestras vidas en dicha etapa de nuestras vidas.
La amistad que se convierte en Amor ya pasa a otro nivel y lo ideal seria, previamente, lograr una sincera amistad y luego derivar en un amor de pareja.
También hay que reconocer que las personas mas sociables o que participan de actividades sociales frecuentes, como campamentos, actividades culturales, religiosas, deportivas, etc. les es mas fácil de conseguir o hacer amigos. Al menos tienen mas opciones.
Asimismo los años escolares o universitarios son buenos lugares para hacer amistades sinceras y/o duraderas.
Por otro lado, el tener algunos amigos sinceros no significa que estemos de acuerdo en todo o tengamos alguna discusión que nos haga separarnos algún tiempo; pero al igual que pasa con algunos familiares. Después de un tiempo de separación y/o reflexión nos podemos volver a juntar, superar las diferencias, y hacerlo hasta con mas fuerza y madurez acerca de la vida real y las relaciones entre todos los humanos.

Antes de seguir quiero repetir que no debemos caer en la simplicidad de algunas palabras, frases o acciones automáticas que realizan algunas personas o instituciones para referirse al tema de la amistad y de como conseguir amigos fácilmente. Ellos (ellas) dicen que debemos seguir una cartilla de instrucciones o pasos recomendados.
Es decir, no se puede generalizar sobre como conseguir amigos sinceros de una manera artificial.
Las amistades sinceras y duraderas no son fáciles de conseguir. Asimismo influyen varios factores simultáneamente. Por ejemplo: El país donde se vive, su entorno personal, su trabajo o lugar de estudio, la cultura o costumbres imperantes en dicho lugar. La coyuntura económica, las creencias religiosas, el nivel educativo o vivencias compartidas, etc.
Una de las mas solidas pruebas de una amistad sincera es cuando atravesamos problemas difíciles en la vida y tenemos a dicho amigo que nos da su apoyo total, que este a su alcance. A veces basta con una palabra de aliento para hacer sentir su valioso apoyo.

En tiempos buenos , armoniosos o prósperos se pueden desarrollar proyectos personales o familiares conjuntos; pues los amigos sinceros se tienen confianza entre ellos. En todo caso discutir, con argumentos singulares o hacer criticas positivas de ciertos puntos de quiebre que nos presenta los acontecimientos importantes de la vida humana.
Actualmente, debido a los potentes dispositivos electrónicos, gracias al avance tecnológico, y al internet, se puede disponer de mucha información que nos acerque a la verdad de las cosas que pasan en nuestro mundo actual.
Por tanto, en el tema de la amistad podemos estudiarlo al detalle. No solo con las definiciones; sino con casos particulares, estadísticas a nivel mundial y algunos casos curiosos de paginas por internet que te consiguen al amigo(a) sincero o al amor de tu vida a cambio de un pago razonable.
Es decir te da un álbum de fotos y perfiles para que tu escojas. Asimismo paginas sociales como Facebook te permite conseguir gratis a “muchos amigos” (aunque el pago real es tu información personal y lo que obtiene por publicidad.)
¿Pero qué pasa si tus amigos ya se fueron al mundo de los espíritus?
La respuesta automática seria conseguir nuevos amigos; pero como ya sabemos, por lo arriba expuesto, esa tarea no es fácil ni rápida en nuestro mundo actual. No es fácil hallar amistades sinceras con personas que están buscando relaciones rápidas, interesadas o superficiales sin bases solidas, sin empatía o basadas en un egocentrismo carente de valores morales dignos de elogio.
Claro que existen otros tipos de amistad humana, temporales, limitadas o superficiales generalmente, como amigos de trabajo, de estudio o de algunos vecinos etc. Ello es difícil; pero no imposible de lograr. Solo se necesita tener el deseo, salud y algo de dinero o bienes materiales.
Hay algunas personas bien intencionadas, por sus creencias religiosas, o evocaciones nostálgicas positivas de generaciones anteriores, para tener un “amor platónico” o conseguir relaciones de “amistad ideales”.
Lamentablemente en estos tiempos, en la vida real, se aprecia mucha frialdad, falta de empatía, solidaridad o intereses mezquinos (egocéntricos) o superficiales entre las personas humanas. Lo apreciamos entre muchas personas, de diferentes edades o culturas.

La psicoanalista Virginia Goldner ideó un concepto para la ilusión de cercanía sin conflicto entre los amigos: seguridad flácida versus seguridad dinámica. La seguridad flácida es la sensación de estabilidad dentro de una relación cuando fingimos que nada nos está molestando. La seguridad dinámica es un nivel de intimidad más robusto y más profundo que se logra cuando hay ruptura y reparación, o en palabras de Goldner, un ciclo de «riesgo y resolución» o «separación y reunión». Hay confianza en el conocimiento de que los problemas se interpondrán menos entre amigos y la comodidad auténtica en la historia compartida de que están dispuestos a trabajar juntos a través de emociones duras.
«Esa cercanía que quieres con el amigo donde sientes que puedes ser tú mismo y puedes decir cualquier cosa de la que todos hablamos, para lograrlo, a veces tienes que pasar por la incomodidad de mencionar algo que te hace sentir incómodo . Le da la oportunidad de demostrar: te amo. Me preocupo por ti. Te escucho. Podríamos entrar en eso. Podríamos estar en desacuerdo. Todas esas cosas. Pero una vez que lo resolvamos, me sentiré más conectado que antes. Eso no es posible sin tener un momento difícil «.
Amistad entre cristianos: Misterio
¡QUIEN TIENE A DIOS POR AMIGO LO TIENE TODO! Dicen los cristianos mas radicales; sin embargo después están de acuerdo en tener, conseguir y mantener amistad sincera con otros humanos. Incluyendo a algunos que no tengan sus mismas creencias.

El hombre ha sido creado como un ser en relación, proyección y realización. Nadie se puede privar de la relación con otras personas, animales, cosas y la naturaleza en general. El hombre no es “un ser isla” que puede mantenerse solitario al tiempo y al espacio en el que vive, crece y se desarrolla. Ya que de cualquier otro modo, no sería posible un crecimiento armónico y un desarrollo pleno, su vivir sería una existencia vacía y sin sentido. Es por eso, que el hombre y la mujer necesitan un mínimo de relación que le permita proyectarse como tal, es decir, si es infante, como niño; si es un adolescente o joven, pues como tal; si es adulto o anciano, pues como corresponde a su edad.
La Amistad pues, no tiene edad, sexo o condición social. Por eso, como valor innato del ser humano de crecer y planificarse en su relación y realización, la amistad proyecta desde lo más íntimo del corazón y revela lo que es el misterio de cada hombre y mujer, entre quienes se da espontáneamente una auténtica relación de amistad.
La amistad entendida así es un DON y un MISTERIO, que no depende de un solo individuo, sino de ambos. La amistad pues, no se inventa, no se fuerza, ni mucho menos se anda de ofrecida banal-mente. Desde este sentido la auténtica amistad, que humaniza las relaciones interpersonales, es la que sólo es posible entre los Seres Humanos, independientemente de la edad, sexo o condición social.
Sintetizando los puntos claves de la amistad según el mundo cristiano:
- SE AGRADECE: Porque ¿Quién es digno de una auténtica y profunda amistad? Amigo solo uno, pues ese uno entre mil es como el número premiado ofrecido en gratitud, que viene a mi encuentro y yo salgo a su encuentro.
2. SE CULTIVA: Es obvio que todo crecimiento requiere de un proceso, de aquí la necesidad de cultivar la amistad a través del diálogo, la confianza, el respeto mutuo, el cariño, el afecto mutuo, etc. Valores que requieren de una cierta dosis constante de repuesta y entrega personal.
3. SE COMPARTE: La auténtica amistad siempre es abierta hacia los demás, nunca se cierra en sí misma, debe ser como una cédula viva que, se alimenta en sí misma y alimenta a los demás, contagiando positivamente a los otros de valores y promoviendo un ambiente sano y fraterno.
La amistad como MISTERIO debe entenderse que viene de Dios y conduce a Dios. Nadie sabe a ciencia cierta el ¿CUÁNDO, CÓMO Y DÓNDE? se da exactamente la amistad.
Por eso, la amistad es un MISTERIO, ya que no se limita al tiempo y al espacio de la historia humana, sino que es capaz de romper estos parámetros y fronteras geográficas llevando a las personas a trascenderse, más allá de lo que son capaces, creando una auténtica amistad entre hombres y mujeres de toda raza, lengua, pueblo y nación.

Los filósofos clásicos versus la amistad y la verdad. (Aristóteles)
Un filósofo no puede sacrificar la verdad en el altar de los afectos. Aunque le resulte difícil, debe postergar la amistad para defender lo que considera verdadero. Aristóteles exalta la amistad y al mismo tiempo reconoce sus límites. Es valiente en sus conclusiones, pues toma el camino más áspero.
Entre la verdad y la amistad, escoge la verdad.
Imagino el conflicto que representó para él romper con la doctrina de su maestro. Platón no pasó por algo semejante, quizás porque reinventó a Sócrates. No hasta el extremo de falsificar su pensamiento, pero sí es probable que desarrollara sus intuiciones hasta transformarlas en teorías complejas.
¿Incurre Aristóteles en una contradicción al hablar de la amistad? En absoluto. No niega que sea «lo más necesario para la vida». Solo aclara que lo más necesario para el filósofo no es la amistad, sino la verdad, lo cual significa que pensar puede ser ingrato, pues a veces nos obliga a prescindir de lo más querido. La filosofía es una vocación heroica. Nos enseña que vivir bien no es vivir placenteramente. La verdadera felicidad se obtiene haciendo lo correcto, no lo que nos resulta más sencillo y agradable.
La amistad es una oportunidad de «hacer el bien». Sin vínculos cálidos y estrechos, el ser humano no puede desarrollar sus sentimientos más dignos: la justicia, la benevolencia, la magnanimidad.
La amistad crea lazos entre las personas y mantiene la paz en las ciudades: «Cuando los hombres son amigos, ninguna necesidad hay de justicia».
Cuando impera la amistad en la sociedad, surge la concordia, sin la cual la convivencia se despeña por la aspereza y la confrontación. Desgraciadamente, los políticos suelen alimentar los enconos. Es lo que nos ha enseñado la historia. Desde la muerte de Aristóteles en 322 a. C., las guerras se han sucedido y muchas veces han sido fruto de enemistades artificiales.
La amistad no es solo necesaria, puntualiza Aristóteles. Además, «es hermosa». Hay distintos tipos de amistades. Algunas nacen del interés, de la esperanza de obtener algún beneficio. En esos casos, se busca la compañía del amigo porque resulta útil o agradable. Aristóteles califica estas relaciones de amistades por accidente, porque en ellas «uno no es amado por lo que es, sino por lo que procura, ya sea utilidad ya placer». Tales amistades se disipan con facilidad. Basta que deje de advertirse placer o utilidad. Es lo que suele suceder con los jóvenes, que se hacen amigos rápidamente y se alejan de repente. A veces, un solo día es el escenario de esa historia de afecto y ruptura.
Frente a esas amistades, precarias y efímeras, la amistad de «los hombres buenos e iguales en virtud» es duradera y sólida, pues el aprecio no se basa en algo accidental, sino en lo que el otro es en sí mismo.
«La virtud es algo estable», escribe Aristóteles, y produce beneficios mutuos: «Los buenos no solo son buenos en sentido absoluto, sino también útiles recíprocamente». Esa clase de amistad exige tiempo. Tardamos en comprobar que una persona es digna de nuestra confianza.
Aristóteles afirma que la amistad entre malvados es imposible, pues ese tipo de hombres solo busca el beneficio propio. No son capaces de amar y no conocen la generosidad. No se fían los unos de los otros y prestan oídos a las calumnias.
Los hombres buenos no se dejan contaminar por la maledicencia, pues confían en sus amigos. Eso sí, no son inmunes a la distancia y a la falta de trato, que diluyen los afectos. Aristóteles advierte que no es posible ser amigo de muchos. La amistad exige intimidad y esa experiencia nunca puede ser multitudinaria.
Por otro lado, la amistad solo es posible entre iguales. Un hombre y un dios no pueden ser amigos, pues no puede existir reciprocidad ni cuidado mutuo. La amistad con alguien malvado o indigno constituye una aberración, pues el mal y la indignidad no pueden amarse en ningún caso. Y si se hace, se corre el riesgo de acabar participando de ellas.
Si descubrimos que uno de nuestros amigos es un malvado, debemos alejarnos de él, salvo que apreciemos la posibilidad de corregirlo. Para escoger un amigo, no es suficiente que no sea malvado. Además es necesario compartir los mismos gustos y alegrarse por las mismas cosas. De no ser así, la relación sería penosa y conflictiva. «El amigo es otro yo», escribe Aristóteles.

La amistad es algo que nos permite objetivar nuestros afectos y explorar nuestro interior. Se parece a una obra de arte, que siempre obedece al impulso de hacer el bien, purificando las pasiones mediante la experiencia estética. En ese sentido, la amistad es una forma de amor a uno mismo, pues no es posible mejorar sin experimentar apego hacia nuestro propio yo y buscar su plenitud.
«El hombre bueno debe ser amante de sí mismo porque se ayudará a sí mismo haciendo lo que es noble y será útil a los demás». El hombre bueno se guía por el intelecto, que le revela que vivir noblemente siempre es mejor que entregarse a los placeres efímeros. Al realizar «una acción hermosa y grande», como dar la vida por la patria o los amigos, «elige para sí el bien mayor». La convivencia con los hombres buenos es un inmejorable estímulo para la virtud. «La vida es buena por naturaleza», pero a veces lo olvidamos. La cercanía de amigos de espíritu noble y justo nos permite vivir otras vidas, salir de nosotros mismos y enriquecernos con las virtudes ajenas. En los momentos de infortunio, su proximidad nos alivia, pero no debemos esperar que gimoteen con nosotros –algo que Aristóteles considera propio de mujeres y hombres débiles-, sino que nos acompañen con serenidad, compartiendo nuestra pena dignamente.
Hasta siempre.
Carlos Tigre sin Tiempo (C.A.V.P.)
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