En mi vida he tenido diversos tipos de animales como mascotas. No todas convencionales como perros, por ejemplo. Tambien tortugas, loros y hasta peces pequenos. En cuanto a ardillas las veo con frecuencia ; pero solo se te acercan cuando les das algo de comida; pero no les gusta que te acerques mucho. Dicen los expertos en estos animales que si os crias desde pequenos puede ser que se comporten contigo de manera mas cercana y calida.
«Recordad que la ardilla es un animal silvestre que jamás va a ser feliz sin sus ejercicios diarios. Inquieta y despierta requiere un propietario que la anime y le dedique tiempo y atenciones. Por ello, recomendamos a quiénes no tengan la paciencia y el tiempo necesario que piensen en adquirir otro tipo mascota más acorde a sus posibilidades. (1)
Emiten ruidos y chillidos de todo tipo durante el día para comunicar su estado de ánimo e incluso son bastante ruidosas cuando corren por la casa y hacen ejercicio dentro de su jaula. Incluso las ardillas más mansas pueden tener mal humor y llegar a morder si no se las cuida de manera adecuada o se acerca el momento de hibernar. Por ese motivo, no recomendamos que habiten en un hogar con niños muy pequeños o con personas de edad avanzada que no puedan seguir su ritmo y rutinas necesarias.»
En 1722, falleció una ardilla como mascota llamada Mungo. Fue una tragedia: Mungo escapó de sus confines y encontró su destino entre los dientes de un perro. Benjamín Franklin, amigo del dueño, inmortalizó a la ardilla con un homenaje. (2)
«Pocas ardillas tenían mejores habilidades, porque él tenía una buena educación, había viajado lejos y había visto gran parte del mundo». Franklin escribió y agregó: «¡Has caído por los colmillos del cruel y desenfrenado Ranger!»
Llorar la muerte de una ardilla no era tan raro como podría pensarse cuando Franklin escribió el panegírico de Mungo; En los siglos XVIII y XIX, las ardillas eran habituales en los hogares estadounidenses, especialmente para los niños. Mientras que los americanos coloniales tenían muchos tipos de animales salvajes como mascotas, las ardillas “eran las más populares”, según Pets in America de Katherine Grier, siendo relativamente fáciles de mantener.
En el siglo XVIII, estaba en pleno apogeo una era dorada de propiedad de ardillas. Las ardillas se vendían en los mercados y se encontraban en las casas de familias urbanas adineradas, y se exhibían con orgullo retratos de niños acomodados sosteniendo una ardilla reservada y educada de clase alta atada a una correa de cadena de oro (algunos de los cuales se encuentran actualmente en el Museo Metropolitano de Arte). La mayoría de las ardillas domésticas eran ardillas grises americanas, aunque también había ardillas rojas y ardillas voladoras, encantando al país con sus actitudes despreocupadas y sus cuerpos esponjosos.
En el siglo XIX, surgió para los entusiastas un canon de literatura sobre el cuidado de las ardillas. En el libro de 1851 Mascotas domésticas: sus hábitos y manejo, Jane Loudon escribe más sobre las ardillas como mascotas que sobre los conejos, y dedica un capítulo completo a la “pequeña y hermosa criatura, muy ágil y elegante en sus movimientos”. A las ardillas “se les puede enseñar a saltar de una mano a otra para buscar una nuez escondida, y pronto sabrán su nombre y las personas que la alimentan”. Loudin también habla de sus hábitos, como saltar por una habitación y mirar desde los aleros de madera, y escribe que “se registró un caso en el que se encontraron no menos de diecisiete terrones de azúcar en la cornisa de un salón en el que se había alojado una ardilla”. Guardaba, además de innumerables nueces, trozos de galleta”. El consejo de Loudon: cuando su ardilla no esté corriendo por la habitación, proporciónele una jaula revestida de hojalata que tenga una rueda para correr.
Mientras tanto, Leisure Hour Monthly, en 1859, recomendaba darle de comer «un higo o un dátil de vez en cuando» y que debía comenzar su aventura de criar ardillas con aquellos adquiridos «directamente del nido, cuando sea posible». Las ardillas mascotas del autor anónimo, Dick y Peter, tenían la libertad de su dormitorio y muchas nueces para guardar. “Dejen que sus ardillas mascota rompan sus propias nueces, mis jóvenes amantes de las ardillas”, escribió el autor.
Si bien muchas personas capturaron a sus ardillas como mascotas en la naturaleza en el siglo XIX, las ardillas también se vendían en tiendas de mascotas, una industria entonces floreciente que hoy constituye un negocio de 70 mil millones de dólares. Un manual casero de 1883, por ejemplo, explicaba que cualquier ardilla se podía comprar en el criador de aves local. Pero, al igual que algunas tiendas actuales, estas tiendas de mascotas podrían tener un lado oscuro; Grier escribe que los dueños de tiendas «enfrentaron la posibilidad de que vendieran animales a clientes que los descuidarían o abusarían de ellos, o que su comercio con una especie en particular podría poner en peligro su futuro en la naturaleza».
Tener ardillas como mascotas también tiene una desventaja para los humanos, lo que eventualmente quedó claro: a pesar de los mejores intentos de sus dueños por domesticarlas, siguen siendo animales salvajes. A medida que pasó el tiempo, las ardillas fueron vistas cada vez más como plagas; En la década de 1910, las ardillas se volvieron tan despreciadas en California que el estado lanzó un ataque público generalizado contra las criaturas que alguna vez fueron adoradas. Desde la década de 1920 hasta la de 1970, muchos estados adoptaron lentamente leyes sobre conservación de la vida silvestre y sobre mascotas exóticas, que prohibían tener ardillas en casa. Hoy en día, tanto expertos como entusiastas advierten que las ardillas no siempre son mascotas ideales, principalmente debido a su dieta exigente, sus necesidades de espacio y sus garras ásperas.
Nada de esto, por supuesto, disuadirá al dueño de una ardilla más decidido. Los fanáticos de Bob Ross tal vez recuerden a su ardilla mascota llamada Peapod, y algunos dueños de ardillas están reavivando la obsesión al hacer que sus mascotas sean famosas en Instagram. Aún así, las ardillas salvajes seguramente están de acuerdo: probablemente sea mejor que ahora las dejemos en el bosque.
Hasta siempre.
Carlos Tigre sin Tiempo (CTsT=CAVP)
(1)= https://www.expertoanimal.com/la-ardilla-como-mascota-2281.html
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CARLOS Tigre sin Tiempo (C.V.P.) 
