“Si el cielo se pone oscuro no tengas miedo. No le tengas miedo a los nubarrones…”así empieza cantando Ruben Blades en su canción “Tras la tormenta”.
Aunque estamos en pleno siglo XXI todavía mucha gente se ahoga en un vaso de agua cuando sufre el ataque de desastres naturales los cuales, entre otras cosas, los desconecta totalmente del mundo moderno porque no se dispone de electricidad por algunas horas o días.
De esta manera observe como modernas casas en New York -al menos en varios pueblos o sectores- experimentaron, sus habitantes, una angustia exagerada y una cólera injustificada con los “trabajadores eléctricos” y una falta de reacción para usar tecnologías antiguas que son muy útiles cuando se atraviesa por estas situaciones.
Sin electricidad no funcionan los televisores, computadoras, radios o equipos de sonido con conexión eléctrica, la refrigeradora, la cocina eléctrica, el aire acondicionado, los ventiladores, no funcionan los teléfonos de casa y no se pueden cargar los celulares, etc. Incluso hubieron casos de que no funcionan las estaciones de servicio para comprar gasolina para el carro o hasta los bancos y sus cajeros automáticos para tener algo de dinero en efectivo.
Y ,aunque parezca increíble, hay mucha gente en New York que atravesando por esta situación y teniendo los recursos económicos suficientes no sabia como solucionar estos problemas. Mas bien, se dedicaban a llamar constantemente, con sus celulares o iban a usar el teléfono de amigos que si tenían luz, para exigir a las compañías de electricidad que les conecten la luz en sus casas ya mismo; pues no podían ver su programa de TV favorito o conectarse al Internet, entre otras cosas “de vida y muerte” para ellos.
Muchas de estas personas no eran conscientes o quizás su gran egoísmo les impedían ver que habían otros pueblos o sectores que requerían una prioridad; pues los daños eran mayores o porque simplemente se habían caído demasiados arboles, dañando los postes y sus conexiones eléctricas.
los trabajadores eléctricos; a pesar de trabajar en turnos las 24 horas del día no podían abarcar o arreglar todas las conexiones eléctricas, en poco tiempo y necesitaban de paciencia de parte de los usuarios y habitantes de los pueblos y sectores perjudicados por la ultima tormenta fuerte (Irene) que paso por New York.
Pude observar que la paciencia es virtud de pocas personas, por aquí; mas bien el egocentrismo o la indiferencia, característica del materialismo exagerado, soberbia o superficialidad de llevar la vida, los hace actuar de esa manera..
En estos casos, al menos, hay que mantener una actitud solidaria con nuestros vecinos y ser paciente con los técnicos en reparaciones de la electricidad y los que se encargan de remover los arboles y demás escombros que obstaculizan los trabajos de reconstrucción o reconexion.
Felizmente, si estamos preparados previamente, con la tecnología antigua. De aquellos radios pequeños a baterías (pilas) o de generadores manuales puede ser una forma rápida y económica de mantenernos comunicados con los medios de comunicación importantes de nuestra ciudad. Asimismo el tener linternas con baterías de recambio, poseer una reserva de agua embotellada y alimentos en conserva, ropa adecuada y medicinas básicas, nos pueden dar un margen de algunos días de cubrir nuestras necesidades básicas y tener la paciencia en su mejor nivel.
Por otro lado, estas situaciones nos hacen ver la vida de una forma mas reflexiva. Por ejemplo, ver que con los desastres naturales no existe fuerza humana que se le pueda enfrentar directamente. Asimismo debemos estar preparados con algunas tecnologías antiguas que en casos de emergencia nos pueden dar tranquilidad o quien sabe, hasta salvarnos la vida.
Hasta siempre.
Carlos Tigre sin Tiempo (CTsT)
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